miércoles, 30 de marzo de 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

Juegos

El nene se aburre, necesita algo para jugar. Va a la juguetería desesperado por encontrar algo con lo que entretenerse. Encuentra un juguete que le parece atractivo en la parte de ofertas y así, casi sin pagar nada, se lo lleva a su casa. Juega durante varios días, lo usa, se divierte, se ríe, hasta quizás lo desgasta y rompe un poco. No importa, es un juguete nada más. Después se cansa, ya sacó todo el provecho que podía sacar de él. El juguete ya está roto, es que no se dio cuenta de que estaba en la parte de ofertas porque era muy frágil.
Se olvida de él, juega con otros juguetes que también usa, rompe y después deja tirados.
El nene crece, estando en su habitación recuerda los días de juegos con ese juguete de la parte de ofertas. Sonríe, quiere volver a tenerlo en sus manos como cuando era chico. Se arrepiente de haberlo roto, piensa que debería haberlo cuidado más. Lo busca desesperado, quiere su juguete. Lo quiere arreglar. Revuelve todo su cuarto, busca en ese cajón de juguetes que ya no usa. Se desespera. El juguete ya no está.

domingo, 27 de marzo de 2011

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Y TE TENDRÉ QUE DEJAR ESCAPAR, SÉ QUE LO VOY A LAMENTAR. PERO TE DIGO, AMOR, QUE HAY QUE SABER CUÁNDO PARAR.

Aunque odio Las Pastillas del Abuelo.

sábado, 26 de marzo de 2011

Sesión

Le conté a mi psicóloga del día en que te conocí. De ese cumpleaños de nuestro amigo que nos presentó y nos dijo que charláramos un rato. Le conté las cosas que me dijiste, las que te dije y las que te hubiera querido decir. Le conté del día que me invitaste a salir y yo no sabía si ponerme un jean a pesar del calor, porque con una pollera podía quedar muy provocativa. Le conté que me robaste un beso y (no me acuerdo si se lo dije) pero me gustó. También le conté que empezamos a vernos varios días por semana, que me llevabas a tomar helados o a mirar cómo pasaban los aviones por Aeroparque. Le conté del día que adelante de tus papás me dijiste que en un tiempo te querías casar conmigo. Le conté que yo te dije que faltaba mucho para eso, pero que yo también pensaba en casarme con vos. Le conté del día que con tus amigos fuimos a comer a McDonald's y nos dimos cuenta de que a los dos nos gustaba el Cuarto de Libra con Queso (bueno, vos lo agrandabas porque decías que la Coca si no no te alcanzaba). Le conté del día que fuimos a caminar y te enojaste porque se me había desatado un cordón y yo no quería parar a atarlo. Le conté que me dijiste que no podías dejar que me cayera, que si me caía iba a desaparecer y vos no sabías qué ibas a hacer si desaparecía. Le conté que yo ya había pensado en eso, que sospechaba que vos ibas a encontrar otra chica más linda que yo, con zapatillas sin cordones para que no se cayera nunca. Le conté a la psicóloga del día que esperando el colectivo un auto pasó y me mojó la ropa. Vos te reías pero yo quería llorar porque pensaba que así, toda mojada y sucia, ya no te parecía tan bonita. Le conté del día que me cantaste una canción en un bar. Ya no me acuerdo cuál era, pero vos por ahí te acordás (y si no le podemos preguntar a ella que seguro lo anotó). Le conté del día que pasamos por una Iglesia y, a diferencia de todas las demás veces que pasamos, no me dijiste que querías verme en el altar con vos. Le conté del día que nos peleamos porque el avión de Aeroparque no era del modelo que yo decía, y también le conté de la pelea porque yo me olvidé de pedir que te agrandaran el Cuarto de Libra con Queso. Le conté que, caminando por la cuadra de tu casa, vos no me avisaste que se me había desatado el cordón. Solamente lo pisaste, para que yo me cayera de una vez. Le conté que no te vi más pero a veces pensaba en vos cuando un auto me mojaba en la parada del colectivo. Le conté que ya no me acuerdo de tu cara y ella me dijo que eso está muy bien. Pero yo sé que no está bien, yo quiero acordarme de tu cara. Si te vuelvo a cruzar te quiero reconocer, para entonces poder dar la vuelta y caminar para el otro lado.

Así ya no

Porque no va, porque los 15 años quedaron atrás hace rato. Bueno, claro, si hablamos de edades físicas. Porque lo del nene y la nena jugando ya no funciona, porque los caprichos sabemos que son una mierda. Bueno, basta, la cortamos, dale? Nos ponemos las pilas y vamos a portarnos como gente grande. Bueno, no, no es tu culpa. Yo también tengo mis cosas. Te dije que pares, que te portes bien. Okay, yo no entiendo nada, pero quién entiende algo? Vos? Ella? Él? Ellos? Dale, ninguno de todos nosotros entiende nada. Sabés qué? Me cansé. Okay, pierdo. Suponete que ganaste, pero a mí no me gusta perder. Nunca me gustó perder ni a la casita robada. Porque no quiero perder, pero bueno, está bien, esta vez pierdo porque estoy un poco cansada. Sí, escuchaste bien, dije que estoy un poco cansada. Bueno, bastante.

miércoles, 2 de marzo de 2011